El verano ha dejado de ser la fiesta que se auguraba en los viejos tiempos, aquellos en los que el idilio estudiantil interrumpía su ritmo para entregarnos a los brazos del ocio y la dejadez. El verano se ha anunciado este año como una sombra de lluvia, un encharcamiento del alma. Mis amigos ya no hablan de vacaciones, hablan de sus preocupaciones que crecen a diario, la juventud se nos escapa, desesperamos. Pienso en los viejos tiempos. Y no queda nada de ellos. Un deseo, apenas. Los días transcurren en el trabajo. El trabajo se automatiza. El romance no importa. Este verano, si algo importa es sobrevivir.
diario de una loca me trasladó a Dalí no sé porqué, supongo que su frase de La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco. Pero al leer Cosas de Verano me suscitan emociones pasadas y pesadas. Saludos.
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ResponderEliminarQuerido Juven:
ResponderEliminarSaludos de vuelta. Muchas gracias por asistir a la mediocridad del blog. Un abrazo.