Albergo tu rescoldo
en mi vientre:
un hijo sin forma,
de tu deseo
el germen.
En mí late,
de mí se alimenta,
en mí crece.
De mi temor se burla,
soy su sirviente.
Amor:
¡Y tú que te has ido
al nunca del para siempre!:
Este Ser que me habita ES
un fantasma
que no desaparece,
un ente
que, teniendo vida,
no nace
pues teme:
la MUERTE.
Eres totalmente imprevisible.
ResponderEliminarPD:Eche de comer a tu pez, me agobiaba la idea de que muriera de inanición.
Jajajaja ¡¡Muchas gracias, de nuevo!! Soy nueva en este mundo, el de las mascotas virtuales, y no sé cómo se hace eso: limpiarle, darle de comer y etcéteras. Ahora comprendo por qué nadaba con debilidad. Si hubiera muerto, no me lo hubiera perdonado, otra vez. ¡¡Gracias de todo corazón!!
ResponderEliminarJE je Je...Es normal, dejar morir dos veces a un mismo pez debe ser totalmente amoral.
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